Gestionar una empresa no es solo vender o prestar servicios. También implica tomar decisiones que afectan directamente a tu fiscalidad, tus trabajadores y tu estabilidad financiera. Por eso, contar con un asesor fiscal y un asesor laboral no es un lujo, sino una necesidad real para evitar errores, sanciones o pérdidas económicas.

¿Qué hace un asesor fiscal?
Un asesor fiscal es el profesional encargado de ayudarte a cumplir correctamente con tus obligaciones tributarias. Pero su labor no se limita solo a presentar modelos de Hacienda: también analiza tu situación fiscal para optimizar tus recursos, evitar pagos innecesarios y reducir riesgos legales.
Teniendo en cuenta esto, ¿cuáles son las funciones principales del asesor fiscal?
- Presentación de declaraciones trimestrales y anuales del IVA e IRPF.
- Gestión y cálculo del Impuesto de Sociedades.
- Elaboración y revisión de libros contables.
- Planificación fiscal
- Optimización de deducciones y beneficios fiscales
- Asistencia en inspecciones o requerimientos de la Agencia Tributaria.
- Asesoramiento sobre formas jurídicas, deducciones aplicables, gastos deducibles, etc.
- Información sobre nuevas leyes y reglamentos que debes tener en cuenta en tu empresa. Por ejemplo, la obligatoriedad de implantar VeriFactu en tu empresa.
Veámoslo con un ejemplo sencillo. Un autónomo que deduce indebidamente ciertos gastos sin supervisión puede enfrentarse a sanciones de hasta el 50% de la cuota defraudada. Con la supervisión de un asesor fiscal, esto se evita.
¿Qué hace un asesor laboral?
El asesor laboral es el especialista que se encarga de todo lo relacionado con las relaciones entre la empresa y sus trabajadores. Desde la contratación hasta el despido, pasando por la confección de las nóminas, actualización en los convenios o bonificaciones. Y en este caso, ¿cuáles son las funciones clave del asesor laboral?
- Redacción y gestión de contratos laborales.
- Elaboración de nóminas, seguros sociales y control de costes salariales.
- Aplicación correcta del convenio colectivo y normativa vigente.
- Gestión de altas, bajas y modificaciones ante la Seguridad Social.
- Representación ante la Seguridad Social y en inspecciones
- Tramitación de ERTE, bajas médicas o jubilaciones.
En casos habituales como contratar sin aplicar correctamente el convenio puede derivar en reclamaciones salariales o sanciones por parte de la Inspección de Trabajo.
¿Por qué es importante contar con ambos perfiles?
Muchas veces, las pymes y autónomos optan por un asesor “todoterreno” Pero la realidad es que el nivel de exigencia legal y fiscal actual hace imprescindible contar con profesionales especializados.
Los errores en la gestión fiscal o laboral no solo suponen un riesgo económico, sino que también pueden generar problemas legales y dañar la reputación de tu empresa.
Además, un asesor fiscal y un asesor laboral trabajan de forma complementaria. Por ejemplo, un despido mal gestionado puede afectar al resultado fiscal del ejercicio. O una bonificación laboral puede tener implicaciones en la planificación contable.
Ventajas concretas para tu negocio
- Ahorro de tiempo. Delegas en profesionales tareas complejas, para centrarte en lo realmente importante: tu negocio.
- Tranquilidad legal y fiscal. Evitas errores comunes que pueden derivar en inspecciones, recargos o sanciones.
- Optimización de costes. Un buen asesor puede ayudarte a aprovechar incentivos, bonificaciones y deducciones.
- Planificación a medio y largo plazo. No se trata solo de cumplir, sino de tomar decisiones informadas para que tu empresa crezca de forma sostenible.
- Adaptación a los cambios normativos. En los últimos años ha habido múltiples reformas laborales y fiscales. Estar al día requiere un conocimiento especializado y continuo.
¿Cómo elegir un buen asesor fiscal o laboral?
A la hora de contratar un buen asesoramiento profesional, ten en cuenta estos criterios:
- Experiencia y especialización. No es lo mismo asesorar a un autónomo que a una sociedad con trabajadores.
- Transparencia en honorarios. Claridad desde el principio sobre qué incluye el servicio.
- Capacidad tecnológica. Hoy en día, un buen asesor utiliza herramientas digitales para gestionar tu documentación en tiempo real.
- Atención personalizada. La cercanía y la disponibilidad son claves, especialmente ante dudas o inspecciones.
La tecnología al servicio del asesoramiento
Cada vez más despachos y asesorías trabajan con soluciones integradas de software que permiten automatizar procesos y ofrecer una gestión más ágil y segura. Las plataformas de empresas como TeamSystem están revolucionando la manera en la que los asesores acceden a la información de sus clientes y estos acceden a su información contable, fiscal y laboral, en tiempo real y desde cualquier lugar.
Si en tu empresa ya utilizas programas de gestión contable, laboral o de facturación, seguramente te ayudan a agilizar muchas tareas del día a día. Sin embargo, estos sistemas no sustituyen el criterio experto de un asesor fiscal o laboral. Un software puede ayudarte a emitir facturas, calcular retenciones o confeccionar nóminas, pero solo un profesional puede ayudarte a decidir qué es lo mejor para tu negocio, cómo planificar el ejercicio fiscal o cómo aplicar correctamente un despido según el tipo de contrato. En definitiva, el verdadero valor añadido está en el asesoramiento profesional.
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