En el Plan General de Contabilidad (PGC) existe la cuenta 555, “Partidas pendientes de aplicación”, que suele aparecer con frecuencia en empresas con un volumen significativo de movimientos de tesorería. Su uso genera dudas porque no refleja operaciones definitivas, sino provisionales que deben reclasificarse cuanto antes. Te explicamos cuándo debe utilizarse y cómo gestionarla.

¿Qué es la cuenta 555 del PGC?
La cuenta 555, referente Partidas pendientes de aplicación, se emplea para anotar movimientos de tesorería (bancos o caja) cuya naturaleza todavía no ha podido determinarse.
Su función no es dar un resultado definitivo, sino guardar un asiento de forma provisional hasta que se pueda reclasificar en la cuenta correcta.
Por ejemplo, aparece un ingreso en tu cuenta bancaria de 2.000 euros sin referencia. Hasta que averigües si corresponde a un cliente, a un préstamo o a un ingreso extraordinario, lo registras en esa cuenta 555. Dicho saldo permanecerá registrado en dicha cuenta el tiempo estrictamente necesario para aclarar su causa.
Lo importante es entender que la 555 no es una cuenta “de uso libre”, sino una herramienta temporal. Dejar apuntes ahí de forma permanente distorsiona los estados financieros y puede levantar sospechas en auditorías o inspecciones de Hacienda.
Casos en los que se podría utilizar
La cuenta 555 desempeña un papel muy claro, poder resolver incertidumbres contables puntuales. Existen algunos supuestos que son especialmente frecuentes.
- Movimientos bancarios sin identificar. Transferencias recibidas sin remitente claro, cargos automáticos sin detalle o ingresos inesperados.
- Errores de conciliación. Diferencias entre el saldo contable y el saldo real del banco, que requieren tiempo para analizarse.
- Anticipos sin documentación. Cobros o pagos realizados sin la factura o recibo que permita imputarlos en la cuenta correcta.
- Ajustes temporales. Situaciones en las que se conoce la existencia de un movimiento, pero no se dispone de la información suficiente para registrarlo en su destino final.
En todos estos casos, la 555 debe funcionar como un aparcamiento temporal, nunca como el lugar definitivo del apunte.
Ejemplos prácticos de su uso
Nada mejor para entenderlo que ponernos ante una posible situación real. Te señalamos un par de ellas.
Una empresa detecta un cargo de 150 euros en su extracto sin identificar. Mientras confirma que se trata de una comisión bancaria, se debe registrar de esta forma:
- Debe (555 – Partidas pendientes de aplicación): 150 euros
- Haber (572 – Bancos): 150 euros
Una vez verificado que corresponde a una comisión, reclasifica el asiento:
- Debe (626 – Servicios bancarios): 150 euros
- Haber (555 – Partidas pendientes de aplicación): 150 euros
Para que quede más claro, ponemos otro ejemplo.
La empresa recibe una transferencia de 1.000 euros. No está claro si corresponde a un cliente o a un préstamo. De manera provisional, se registra así:
- Debe (572 – Bancos): 1.000 euros.
- Haber (555 – Partidas pendientes de aplicación): 1.000 euros
Cuando se confirma que se trata un pago de un cliente, se reclasifica:
- Debe (555 – Partidas pendientes de aplicación): 1.000 euros
- Haber (430 – Clientes): 1.000 euros
Con estos ejemplos queda clara la lógica. La 555 se usa como almacén temporal y después se corrige en cuanto se tenga la información definitiva.
Riesgos de uso indebido de la cuenta 555
Aunque útil, la 555 es también una de las cuentas más delicadas. Su uso inadecuado acarrea riesgos importantes.
- Acumulación de saldos sin justificar. Si no se reclasifican los movimientos, el balance mostrará cifras irreales.
- Falta de transparencia. En auditorías o inspecciones fiscales, una cuenta 555 con demasiado movimiento genera dudas inmediatas.
- Errores de gestión interna. Se pueden esconder duplicidades, cobros mal imputados o incluso movimientos no registrados en su destino correcto.
Recomendaciones para su correcta aplicación
La clave para aprovechar la utilidad de la 555 sin caer en errores está en aplicar buenas prácticas contables.
- Usarla solo de forma provisional. La 555 debe ser siempre temporal. Ningún saldo debería quedarse allí de forma definitiva.
- Conciliar bancos, caja, con regularidad. Revisar extractos de manera frecuente ayuda a identificar rápido los movimientos y reclasificarlos.
- Anotar observaciones. Cada apunte provisional debe ir acompañado de una nota explicativa para recordar el motivo y agilizar su identificación posterior.
- Hacer un seguimiento mensual. Revisar la cuenta 555 a final de cada mes garantiza que los saldos no queden olvidados.
- Usar herramientas digitales. Con soluciones como CONTASOL puedes automatizar la conciliación bancaria, detectar movimientos desconocidos y reclasificarlos en pocos clics. Esto reduce riesgos y aporta claridad a la contabilidad.
La cuenta 555 Partidas pendientes de aplicación, contabilidad es una aliada cuando surgen movimientos de tesorería que no pueden clasificarse de inmediato. Usada correctamente, ayuda a mantener la contabilidad ordenada mientras se espera la información necesaria. Pero si se abusa de ella o se dejan apuntes olvidados, se convierte en una fuente de problemas. La mejor estrategia es utilizarla con prudencia, revisar periódicamente sus saldos y apoyarse en herramientas para agilizar la conciliación y reclasificación de operaciones.
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